Un movimiento a nivel mundial está despertando la conciencia de mucha gente, un movimiento de sostenibilidad, ecología y conciencia global. La facilidad con la que intercambiamos información
gracias a instrumentos como Internet está redescubriendo los huertos urbanos a las nuevas generaciones. Los huertos urbanos son una realidad en Norteamérica tanto en EEUU como en Canadá, Australia y cualquier país europeo. En España las ciudades abanderadas son Barcelona, Madrid, Valencia, así hasta completar un mosaico que cubre toda la geografía.
Terrazas y balcones son totalmente aptos para plantar nuestros alimentos. Sólo
necesitamos unas pequeñas macetas y unas horas de sol al día.
Huertos en balcones.
El balcón comestible pretende ser una guía ilustrada para animar a los lectores a utilizar de forma amena y realista el pequeño espacio urbano que disponemos. No es un guía técnica exhaustiva, este trabajo ya está hecho, ver bibliografía.
Todos tenemos un enorme potencial por descubrir. La palabra sostenibilidad, tan en boga últimamente, empieza por nosotros mismos: somos capaces de cultivar algunas hierbas aromáticas en el alféizar de la ventana, unas tomateras minibel en una ventana… por el placer de verlas crecer cada día a nuestro lado.
¡¡¡Ánimo y buen provecho!!
Descargar pdf: ElBalcónComestible
Fuente
Huertos en Terrazas.
1.Respetar las medidas
En las macetas: unos 50 cm de ancho y, como mínimo, 30 cm de altura para que se reproduzca la fauna microbiana. Las macetas más pequeñas son ideales para plantar aromáticas (como albahaca y orégano) que mantienen alejadas las plagas, además podemos utilizar sacos/contenedores de geotextil.
En las mesas de cultivo: 60 cm de ancho, 140 cm de largo y 30 cm de fondo.
Para los bancales de tierra (o “parades”): 1,5 m de ancho (para crear 3 zonas: dos de 60 cm en cada extremo para las hortalizas y una central de 30 cm para piedras planas y plantas aromáticas que controlan plagas y roedores). La longitud puede variar.
2. No pisar ni trabajar la tierra. En una maceta o mesa de cultivo, la tierra se crea con una base de 5 cm de material de drenaje (como por ejemplo la arlita) sobre la que se disponen 15 cm adicionales de tierra (de venta en tiendas especializadas). En un terreno, se delimitan las franjas de siembra (“parades”) y se aflojan a mano o a máquina hasta unos 15-20 cm de fondo y después se rastrillan para dejarlas a nivel y sin piedras gruesas. Conseguida la superficie de cultivo, basta cubrirla con 5 cm de compost o humus de lombriz, pero, y aquí radica el secreto, sin mezclarla con la tierra. Las lombrices que viven en la tierra y las raíces de las plantas se encargan de remover, fertilizar y construir galerías para que el aire y el agua circulen. Para no alterar el entorno que propicia la vida, no hay que pisar ni trabajar nunca más la tierra.
Siembra densa y mixta. Como las plantas sólo necesitan el espacio justo para su desarrollo, la siembra se realiza de forma más densa que en la horticultura tradicional y siguiendo unas distancias estudiadas para cada cultivo. De este modo, cuando las plantas crecen, las hojas se tocan y crean un microclima que evita que se pierda la humedad de la tierra y que proliferen las malas hierbas. Para mantener alejadas a las plagas, se disponen plantas aromáticas pequeñas (como la albahaca y el tomillo) y grandes (como la manzanilla o la lavanda).
Ahí os dejo un par de ejemplos de mesas de cultivo para primavera-verano y otoño-invierno
Humedad constante. Basta con un sistema de riego exudante(es un sistema de riego localizado que aplica el agua de forma continua mediante un tubo poroso que exuda agua en toda su longitud y en la totalidad de su superficie. El agua exudada a través de los pequeños poros de la pared del tubo poroso, produce una banda de humedad continua, ancha y uniforme en toda la longitud de la línea de riego.), para liberar cantidades muy pequeñas de agua, pero de una forma continuada, lo que permite mantener una humedad constante y uniforme que favorece la actividad de las lombrices y microorganismos que propician una tierra fértil.
Rotación de cultivos cada cuatro años. En cada superficie de cultivo sólo hay que semabrar plantas de la misma familia e iguales necesidades (hay 4 grupos). Y cada año, trasladar el cultivo (o rotar) a otra superficie distinta, y así durante 4 años, para permitir que la tierra recupere sus nutrientes, no desarrolle enfermedades ni plagas y beneficie los cultivos sucesivos. Por eso, cada huerto consta de 4 zonas de cultivo (o múltiplos de cuatro), ya sean “parades”, mesas de cultivo o macetas. Las familias botánicas son: liliáceas y umbelíferas (cebollas, zanahorias y apio), solanáceas (pimientos, berenjenas, tomates…), compuestas, quenopodiáceas y cucurbitáceas (lechugas, remolachas, acelgas, pepinillos) y leguminosas y crucíferas (judías, coles y rabanitos).
Fuente
ComoTenerUnHuetoEnTuTerrazaBalcón
DESCARGAR PDF SOBRE HUERTOS URBANOS:
GESTIÓN DE HUERTOS URBANOS SOSTENIBLES - Manual Técnico -.pdf
TALLER DE INICIACIÓN AL HUERTO URBANO.pdf
PROYECTO DE CREACIÓN DE HUERTOS URBANOS.pdf
ManualHuertosSosteniblesEnCasa.pdf
ElBalcónComestible
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ManualAgriculturaUrbana
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